Los objetos que selecciona pertenecen al mundo de la costura, son porciones de esa realidad. Los recoge del recuerdo, los rescata del olvido; los trae del pasado, inoxidables o herrumbrados, alterados por el uso y el tiempo.
Con esta colección de significantes, Andrada ensaya un escrito, agrupa los objetos y los vincula entre sí por sus cualidades formales.
Cada objeto puede ser palabra (sustantivo, verbo o adjetivo), formar parte del sujeto o predicado. Pueden también convertirse en signos de puntuación gramaticales convirtiendo las bases metálicas o placa de transporte de las telas en paréntesis, los dedales y carreteles en puntos, las bobinas en comas y las pequeñas alfileres de gancho en tildes.
La “Oración” acumula sentidos, provoca diferentes modos de lectura. Puede ser línea histórica, notas musicales sobre un pentagrama invisible, signos y símbolos primitivos, dibujos, esquemas y composiciones variadas.
Las almohadillas rojas de los soportes convierten a cada uno de estos objetos en joya preciosa y cuestionan la estética y la inutilidad de estos elementos que alguna vez fueron considerados útiles en el universo textil.
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